Budapest, poseedora de varios lugares que son Patrimonio de la Humanidad, está dividida por el Danubio, dejando a un lado la ciudad de Buda, en la que destaca su castillo, y al otro lado la ciudad de Pest, en la que destacan el parlamento, la Basílica de San Esteban o la avenida Andrássy. Si añadimos sus encantadores balnearios, esta ciudad bien merece una visita.
Empezamos la visita de la ciudad subiendo a su histórico metro. A continuación pasamos el más famoso de los puentes de la ciudad que cruzan el Danubio, el Puente de las cadenas. Finalmente nos montamos en el turístico funicular que nos llevará a lo alto de la colina de Buda.
En el barrio del castillo de Buda visitamos sus calles señoriales, la iglesia de Matías y el bastión de los pescadores, finalizando con la visita a los oscuros túneles del laberinto del castillo de Buda.
Durante la mañana del segundo día de visita recorremos el barrio Lipótváros, donde destaca la Plaza de la Libertad y la Basílica de San Esteban, además de numeros edificios de interés como el palacio Gresham o la Academia de las Ciencias.
En nuestra segunda tarde visitamos el barrio judío, con el Monumento al Holocausto y la Gran Sinagoga, y la Avenida Andrássy, hasta llegar a la Plaza de los Héroes y darnos un baño en el balneario Széchenyi.
Subimos de nuevo a la colina del castillo para ver el Castillo de Buda. Después bajamos de nuevo para ir a visitar la isla Margarita, ubicada en medio del Danubio, llena de parques como el Jardín Japonés.
En nuestra última tarde visitamos el edificio del parlamento y el barrio de Belváros, la zona más comercial de la ciudad de Pest, para acabar antes de ir a nuestro hotel con un recorrido por la Opera del estado.